La Envidia en el Tarot
"No te preocupes por lo que tengo, preocúpate por lo que a ti te falta" – Anónimo.
La envidia es un sentimiento humano universal que surge de la comparación con los demás y la sensación de carencia propia. En términos psicológicos, la envidia puede derivar de la baja autoestima, la inseguridad y el miedo a no ser suficiente. Puede manifestarse como resentimiento, frustración o incluso deseo de sabotaje hacia quienes se perciben como más afortunados.
Desde una perspectiva psicoanalítica, Sigmund Freud describió la envidia como un impulso inconsciente ligado al desarrollo temprano del individuo, mientras que Melanie Klein habló de la "envidia primaria" como un sentimiento destructivo hacia aquello que se desea pero no se posee. En el ámbito de la psicología social, se ha estudiado cómo la envidia puede motivar tanto el crecimiento personal como el comportamiento hostil.
El Tarot, como herramienta simbólica y espiritual, refleja estos conflictos internos a través de sus arcanos. Existen combinaciones de arcanos que revelan la presencia de la envidia y sus diferentes expresiones. Es fundamental recordar que estas combinaciones indican envidia si hacemos una pregunta específica sobre este tema, ya que, en otro contexto, pueden tener significados completamente distintos.
Tipos de Envidia en el Tarot
Envidia Obsesiva
El Diablo y la Luna: Representan una envidia intensa y compulsiva, donde la persona envidiosa no solo desea lo ajeno, sino que se obsesiona con ello hasta perder el control de su propia vida. El Diablo simboliza la esclavitud de los deseos más oscuros y la manipulación, mientras que la Luna añade confusión, autoengaño e ilusiones. Juntas, estos arcanos describen a una persona atrapada en la sombra de su propio deseo.
Luna + Ermitaño/Diablo/Torre/Muerte: Estas combinaciones revelan una envidia de alto impacto. La Luna y el Ermitaño indican aislamiento y resentimiento creciente; con el Diablo, se refuerza la manipulación y el deseo de control; la Torre advierte sobre emociones reprimidas que pueden estallar, y la Muerte sugiere la transformación de esta envidia en acciones drásticas.
Luna-Diablo: La presencia de mentiras y engaños como parte de la envidia.
El Mago y el Diablo: La envidia extrema que lleva a la imitación. El Mago representa habilidad, carisma y destreza, pero al unirse con el Diablo, se convierte en manipulación y en un deseo de copiar lo ajeno de manera obsesiva.
Envidia Competitiva
El Carro: Representa la rivalidad y el deseo de superar a otros a toda costa, convirtiendo el éxito ajeno en una fuente de frustración. Su energía competitiva, cuando está impulsada por la envidia, puede generar una necesidad de demostrar superioridad constantemente.
Diablo y Cinco de Bastos: Envidia profesional intensa, en la que la competencia se convierte en lucha y conflicto. Aquí, el Diablo potencia el deseo de dominar, mientras que el Cinco de Bastos muestra enfrentamientos directos y competencia desleal.
2, 5, 7, 9 y 10 de Bastos: Indican envidia por logros y mejoras laborales. La carga de los bastos señala dificultades asociadas al deseo de igualar o superar a otros.
6 de Bastos y 5 de Copas: Representan la envidia en su forma más pura. El éxito del Seis de Bastos genera insatisfacción y tristeza en quien siente que no puede alcanzarlo (5 de Copas).
Envidia de Estatus y Poder
El Emperador: Refleja celos hacia aquellos con autoridad y estabilidad. Su presencia indica la frustración de quien desea una posición de control y no la tiene.
El Papa: Indica envidia hacia quienes disfrutan de mayor libertad y liderazgo sin restricciones. Puede mostrar resentimiento por el respeto y la admiración que otros reciben.
4 de Oros: Muestra cómo la envidia empuja a una persona a cometer errores en su afán de conservar su posición.
4 y 8 de Oros: Envidia motivada por la codicia y el deseo de poseer más.
Envidia Relacional
La Emperatriz Invertida: Expresa la envidia entre mujeres, especialmente en ámbitos familiares y de maternidad.
5 de Copas: Representa la envidia por la felicidad ajena y el dolor que genera la comparación.
4 de Copas: Muestra celos por la armonía familiar y la estabilidad emocional de otros.
Diablo y 5 de Copas: Indican celos y resentimiento hacia relaciones amorosas felices.
8 de Copas: Persona que constantemente se compara con los demás y siente que su vida es menos satisfactoria.
7 de Copas: Envidia basada en ilusiones y falsas percepciones de la realidad.
Envidia Material
Oros en general: Reflejan la envidia por la riqueza y el éxito financiero.
4 y 8 de Oros: Indican un deseo incontrolable de acumular más bienes materiales por miedo a la escasez.
5 de Oros: Representa la sensación de carencia y el resentimiento hacia quienes tienen abundancia.
Reina de Oros: Envidia hacia aquellos que gozan de estabilidad económica y lujos.
9 de Oros: Observación constante de la riqueza ajena con un deseo insatisfecho de alcanzarla.
Envidia Intelectual
Espadas en general: Reflejan envidia hacia el conocimiento, la inteligencia y el reconocimiento académico.
2 y 9 de Espadas: Indican envidia y resentimiento hacia quienes destacan en el ámbito intelectual, generando angustia y pensamientos obsesivos.
6, 8, 9 y 10 de Espadas: Muestran el miedo y la desesperación que puede generar la envidia en la mente del envidioso.
¿Quién nos envía mala energía?
Algunas combinaciones pueden señalar la presencia de personas que nos envían energías negativas debido a su envidia.
El Diablo y el Mago: Indican manipulación y malas intenciones disfrazadas de amabilidad.
La Luna y el Siete de Espadas: Sugieren engaños y acciones ocultas motivadas por la envidia.
Cinco de Espadas y Diablo: Representan ataques directos, envidias que llevan a la confrontación abierta.
Siete de Espadas y Cinco de Oros: Señalan personas que intentan perjudicarnos económicamente debido a su envidia.
Ocho de Espadas y La Torre: Sugieren que la envidia ajena puede estar afectándonos a nivel emocional o mental.
El Tarot nos ofrece herramientas para identificar y comprender la envidia, ayudándonos a proteger nuestro bienestar emocional y evitar caer en su trampa. Detectar estos patrones nos permite alejarnos de energías destructivas y trabajar en nuestra propia evolución personal.