Confiar en el universo no se trata de una fe religiosa ni de creer en deidades específicas, sino de una convicción profunda en que todo ocurre por una razón. Es una forma de vida que va más allá de los convencionalismos y rechaza el papel de víctima. Las personas que no creen en este principio suelen verse atrapadas en una vibración baja, donde predomina la desesperanza y el sufrimiento. Esto puede manifestarse en conductas autodestructivas como el abuso de sustancias, la promiscuidad y la sensación de no tener control sobre su vida.
Por otro lado, quienes confían en el universo tienen la creencia interna de que todo sucede para bien, incluso en los momentos más caóticos. Son capaces de mantener la fe en que el universo está trabajando en su favor, incluso cuando no pueden ver los resultados inmediatos. Este tipo de personas fluyen con el presente, sabiendo que todo está encaminado hacia un propósito superior. Son capaces de crear situaciones positivas en sus vidas simplemente con la fuerza de su mente, y saben que su bienestar está garantizado en la medida que se alinean con las energías del universo.
Es comprensible que confiar en algo que no se ve ni se toca pueda parecer extraño, especialmente después de haber atravesado tiempos difíciles. Sin embargo, aquellos que lo logran experimentan una sensación de protección y bienestar que va más allá de lo tangible.
¿Qué ocurre cuando crees en el universo?
La Ley de la Atracción, en su forma más simple, dice que podemos manifestar lo que deseamos mediante la visualización. Si comprendes y practicas esta ley, te darás cuenta de los siguientes cambios en tu vida:
Ves la sincronicidad : Los eventos aparentemente aislados empiezan a conectarse de manera significativa. Esto es el universo enviando mensajes. Si eres capaz de verlos, significa que estás recibiendo mensajes esos.
La diversión se vuelve una prioridad : Una vida feliz y llena de abundancia necesita momentos de disfrute. No se puede esperar lo mejor sin saber cómo disfrutar del viaje.
Libérate del bagaje emocional : Las emociones negativas nos limitan. Al dejarlas ir, creas espacio para la positividad y la prosperidad.
Tienes tiempo para disfrutar de la vida : La vida no es una carrera. Es importante detenerse y apreciar los pequeños momentos. Disfruta de lo que tienes, no solo de lo que está por venir.
Te importa la gente de verdad : Dejas de lado las superficialidades y te abres al mundo con una sonrisa para todos. El amor y la conexión son lo que realmente importa.
Practicas la gratitud : Estar agradecido es una de las formas más poderosas de conectarse con el universo. Al reconocer lo que te ha dado, lo recibes con más abundancia.
Mantienes una actitud positiva : No caes en los chismes ni en el juicio. Cada persona tiene su camino y el tuyo es único. Al mantener una energía positiva, atraes más de lo mismo.
Esperas lo mejor : La incertidumbre sobre el futuro no te paraliza. En lugar de temer lo que pueda suceder, confías en que lo mejor está por venir.
Dejas que las cosas fluyan : Sabes que no todo está bajo tu control. Algunas cosas suceden naturalmente, y está bien permitir que la vida tome su curso.
Asume responsabilidad : Al final del día, solo puedes controlar tu vida y tus acciones. Si te equivocas, lo reconoces, aprendes de ello y sigues adelante.
Confiar en el universo es mucho más que una creencia abstracta. Es una forma de vivir alineada con el flujo natural de la vida, donde cada experiencia, cada desafío, y cada momento está impregnado de un propósito más grande. No se trata de esperar que todo sea perfecto, sino de saber que cada paso tiene su razón de ser y que el universo siempre está trabajando a tu favor, incluso cuando no puedes verlo de inmediato.