Los símbolos emergen como el lenguaje innato del Tarot, trascendiendo la mera elección del mazo de cartas para abrir un camino de comprensión más profunda.
En esta exposición, tomaré como punto de partida el Tarot Rider , cuyas imágenes han desafiado las fronteras del tiempo y el espacio para nutrir el intelecto y la creatividad de numerosos artistas en todas las latitudes. Nos sumergimos en los Arcanos Mayores, y en esta danza simbólica encontramos un eco resonante que puede iluminar también a los Arcanos Menores. La clave es comprender la esencia básica, permitiendo que la experiencia gradualmente revele matices más profundos en la variación de símbolos.
Agua:
Corriente intuitiva que fluye a través de los arcanos. En La Sacerdotisa, revela intuición y misticismo. En La Templanza, nutre y florece. En La Estrella y La Luna, refleja emociones en recorrido.
Ángeles:
Portadores de mensajes celestiales en los arcanos. Desde Los Amantes, donde Rafael guía la comunicación, hasta El Juicio, donde Gabriel anuncia la evaluación y renacimiento, los ángeles conectan el cielo con la tierra.
Columnas:
Pilares del equilibrio en la experiencia humana. La Sacerdotisa, equilibrio entre intuición y emoción; El Hierofante, la estructura para servir a través del equilibrio institucional; y en La Justicia:
Equidad que sostiene la verdad, reflejan la constante búsqueda de balance.
Cuatro Evangelistas:
Guardianes de fuerzas celestiales en arcanos. En La Rueda de la Fortuna y El Mundo, su presencia revela influencias superiores y recordatorios de fuerzas invisibles en acción.
Desnudez:
Revelación de pureza y autenticidad. En La Estrella y El Sol, transmite gracia e inocencia. En El Juicio, despoja velos para autenticidad. En El Mundo, muestra la plenitud de la autenticidad.
Estrellas:
Destellos de sabiduría forjados en la experiencia. La Emperatriz, comunicación con lo celestial; La Estrella, contacto con lo divino y dominio de las emociones; señalan una trayectoria ascendente hacia la sabiduría.
Esfinges:
Desafíos que forjan la transformación. Desde El Carro, enfrentando obstáculos para avanzar, a La Rueda de la Fortuna, superando desafíos que permiten el fluir de la vida.
Flores:
Crecimiento y cambio se entretejen en su sutileza. Desde El Mago, quien se halla rodeado de flores en su conexión cielo-tierra, a La Templanza, donde el ángel nutre flores con aguas curativas, vemos la evolución de la naturaleza interior. Los girasoles del Sol marcan el total florecimiento, arraigados en la luz.
El Infinito:
Enigma místico que trasciende el entendimiento. Se despliega en El Mago, simbolizando posibilidades universales y en La Fuerza, reflejando autocontrol guiado por la sabiduría interna.
La Luna:
Portal hacia el subconsciente y la intuición. Aparece en La Sacerdotisa y La Luna, ambos arcanos instando a explorar la profundidad interna, impulsadas por su influencia lunar y femenina.
Llamas:
Transformación ardiente en los símbolos. Los Amantes y El Diablo representan energía masculina en acción. La Torre refleja transformación impulsada por fuerzas divinas.
Montañas:
Colinas erguidas como guardianas del sendero. Representan obstáculos y recompensas, una dualidad que refleja la travesía del espíritu. En el itinerario, desde El Loco hasta El Ermitaño, vemos una progresión desde un viaje incierto hacia la conquista de uno mismo, culminando en el Juicio, donde las montañas distantes abrazan recompensas esperadas.Ç
El Sol:
Epifanía radiante que aclara las sombras. Inicia el recorrido en El Loco, y resurge en La Muerte y La Templanza, simbolizando la esperanza en la transformación y el balance tras el cambio. Finalmente, en el arcano del Sol, brilla como laurel de logros obtenidos.
Serpientes:
Símbolos de sabiduría y conexión celestial. En El Mago, uróboros que simboliza sabiduría cíclica. En Los Amantes, evoca dualidad tentadora y sabiduría adquirida. En La Rueda de la Fortuna, ilustra lecciones en ciclos.
Varas:
Llave para canalizar energía y magia. El Mago inicia la danza, conectando el cielo con la tierra. El Mundo señala el control sobre esta fuerza, desplegando el poder universal.
Así, los símbolos del Tarot tejen un tapiz filosófico, donde cada arcano es un nodo en una red de significados más profundos, invitándote a explorar, cuestionar y contemplar las muchas capas de sabiduría que ofrecen.
