viernes, 8 de septiembre de 2023

Las diversas fases de crisis manifestadas a través de los Arcanos Mayores.

 


 

 

CRISIS VISTAS A TRAVES DE LOS ARCANOS MAYORES El Loco:En esta fase se experimentará una significativa crisis marcada por la carencia de seguridad, manifestándose como una genuina crisis de incertidumbre.

El Mago: 

En este periodo, la incertidumbre asume una posición dominante, obstruyendo la capacidad de autoconciencia. Será necesario un lapso para lograr una mayor introspección y discernimiento individual, y así diferenciarse de los demás. Se precisa, por ende, una maduración sustancial de la individualidad, estableciéndose una crisis de autoidentificación. 

La Papisa: 

Se perfilan aspiraciones de naturaleza material y espiritual que desembocarán en una crisis de subjetividad. Se atravesarán episodios marcados por la ansiedad. A medida que las facultades intuitivas se intensifican, los afectos tienden a segmentarse, permitiendo cierto grado de control. 

La Emperatriz: 

Se enfrenta el individuo a una etapa en la que su reconocimiento personal se torna esquivo. El cúmulo de aspiraciones individuales se contrapone a la ineludible realidad, dando lugar al rechazo de la feminidad y gestando una crisis de autoafirmación. 

El Emperador: 

La sensación de pérdida de control, que conlleva la transición del poder a un estado extrínseco, engendra un ambiente opresivo. Se vive, así, una crisis de autoridad caracterizada por una desarticulación del dominio. 

El Papa: 

Se halla el individuo sumido en una crisis espiritual y de conciencia. 

Los Enamorados: 

Prevalecerá un recurrente estado de indecisión ante cualquier elección en este período, configurando una crisis de asociación. 

El Carro: 

La impresión de la incapacidad para encauzar la propia existencia hacia objetivos deseados insta a la cultivación de la paciencia. Surge la necesidad de abordar una crisis de control. 

El Ermitaño: 

La exploración en busca de nuevas experiencias y verdades conlleva a una crisis de independencia. 

La Rueda de la Fortuna: 

Resulta imperativo aceptar y adaptarse a los cambios que emergen del entorno, cuya influencia escapa a la esfera de control. Se experimenta, así, una crisis de aceptación. 

La Justicia: 

El individuo se encuentra atravesando una crisis en virtud de la necesidad de evaluar sus enfoques respecto a las acciones, tanto desde una perspectiva objetiva como subjetiva. Requiere la reformulación de patrones conductuales y la adquisición de una orientación más racional. 

El Colgado: 

El individuo se enfrenta a una crisis de crecimiento, donde la renuncia a sacrificios indiscriminados se torna patente. Se interpela la necesidad de superar actitudes asumidas por mera inercia. El aprendizaje del sacrificio, tras experiencias dolorosas, cobra influencia en la decisión de cambio. 

La Muerte:

La fugacidad de la realidad y la constatación de la mutabilidad gestan una apreciación aguda de los cambios. El individuo se libera abruptamente de pensamientos y acciones obsoletos, culminando en una crisis de actualización. 

La Templanza: 

Surge una crisis absoluta de abstención, pero subyace en esta restricción un propósito necesario. El resguardo energético y psíquico, y el logro de la armonía, adquieren protagonismo. Surge, así, una crisis que radica en el equilibrio entre deseos y necesidades. 

El Diablo: 

Este arcano pone de manifiesto las dependencias en su estado más prístino, sean estas vinculadas a sustancias, dinero, sexo o emociones. Se instaura, por tanto, una crisis de dependencia. 

La Torre: 

Tan solo tras una crisis de envergadura surge la catarsis, configurando el Arcano de la Torre como un símbolo de superación. 

La Estrella: 

Se experimenta una crisis que abarca la imagen personal y la juventud, cuya progresiva disipación provoca dificultades al abrazar la noción de temporalidad. 

La Luna

El conflicto entre la conciencia consciente y el subconsciente protagoniza la crisis que el Arcano de la Luna evoca. Se manifiestan inseguridades, temores y dudas, y la represión de deseos induce su ocultamiento en el subconsciente. 

El Sol: 

El arcano del Sol incita a iluminar con mayor intensidad cada acto. Revela la capacidad para reconocer las propias fallas y asumir la responsabilidad por las acciones emprendidas. Así, se propugna disfrutar del presente bajo la óptica de una crisis de realismo. 

El Juicio: 

No es posible seguir procrastinando decisiones. La adhesión a un futuro incierto o la postergación carecen de justificación. El Juicio interpela la acción inmediata. 

El Mundo: 

Se impone la comprensión de que el universo está regido por reglas inmutables a las cuales es imperativo adecuarse. No todos aceptan esta realidad, ni todos muestran disposición para asumir la sujeción a leyes incontrolables.